miércoles, 12 de septiembre de 2007

Al fin, La carretera


Así comienza:

Al despertar en el bosque en medio del frío y la oscuridad nocturnos había alargado la mano para tocar al niño que dormía a su lado. Noches más tenebrosas que las tinieblas y cada uno de los días más gris que el anterior. Como el primer síntoma de un glaucoma frío empañando el mundo. Su mano subía y bajaba al compás de la preciada respiración.



Así transcurre:

Siguieron avanzando a marchas forzadas, esqueléticos e inmundos como adictos callejeros. Cubiertos con las mantas contra el frío y echando un aliento humoso, abriéndose paso por los negros y sedosos montones de nieve. Estaban atravesando la amplia llanura costera donde los vientos seculares los empujaban entre aullantes nubes de ceniza a buscar refugio donde pudieran. En casas o graneros o metidos en una zanja al borde de la carretera con las mantas por encima de la cabeza y el cielo a mediodía negro como las bodegas del infierno. Abrazó al chico contra su pecho, helado hasta los huesos. No te desanimes, dijo. Saldremos de esta.



Así culmina:

En las profundas cañadas donde vivían todo era más viejo que el hombre y murmuraba misterio.


Llevo más de 30 años leyendo ciencia ficción. He leído casi todo lo bueno y mucho, quizás demasiado, de lo malo. Pongo en evidencia tal bagaje por si les ayuda a valorar mejor la siguiente afirmación: La carretera es, sin ninguna duda, la obra de ciencia ficción más madura que yo haya leído jamás. De hecho, es tan madura que no va a ser considerada ciencia ficción, a pesar de tratarse de un post atómico declarado. Dudo de que su nombre llegue a figurar en las listas de los destinados a competir por los major awards del género. Y sin embargo, no me extrañaría que esta novela significara el empujón definitivo que permita a Cormac McCarthy hacerse con el premio Nobel de Literatura, cosa que, todo sea dicho, no le hace ninguna falta.
Si creen que a continuación voy a escribir el manido "esto debería conducir a reflexión a todos aquellos que..." están equivocados. A estas edades, uno ya sabe convivir con la imposibilidad, sabe calibrar cuándo las dificultades son insalvables. Y cuándo ciertas batallas han dejado de merecer la pena.

1 comentario:

  1. Además de esta novela y de "Meridiano de sangre", ¿qué otras obras de Comarc McCarthy son recomendables?.

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