lunes, 4 de octubre de 2010

Imágenes de cf. VI


"La careta le apretaba la cara. El alambre le arañaba las mejillas. Luego..., no, no fue alivio, sino sólo esperanza, un diminuto fragmento de esperanza. Demasiado tarde, quizás fuese ya demasiado tarde. Pero había comprendido de pronto que en todo el mundo sólo había una persona a la que pudiese transferir su castigo, un cuerpo que podía arrojar entre las ratas y él. Y empezó a gritar una y otra vez, frenéticamente:
—¡Házselo a Julia! ¡Házselo a Julia! ¡A mí, no! ¡A Julia! No me importa lo que le hagas a ella. Desgárrale la cara, descoyúntale los huesos. ¡Pero a mí, no! ¡A Julia! ¡A mí, no!
Caía hacia atrás hundiéndose en enormes abismos, alejándose de las ratas a vertiginosa velocidad. Estaba todavía atado a la silla, pero había pasado a través del suelo, de los muros del edificio, de la tierra, de los océanos, e iba lanzado por la atmósfera en los espacios interestelares, alejándose sin cesar de las ratas... Se encontraba ya a muchos años luz de distancia, pero OʹBrien estaba aún a su lado. Todavía le apretaba el alambre, en las mejillas. Pero en la oscuridad que lo envolvía oyó otro chasquido metálico y sabía que el primer resorte había vuelto a funcionar y la jaula no había llegado a abrirse."


2 comentarios:

  1. fascinante... en cuanto le eché un vistazo por encima, ya supe que era 1984. Ese es el momento de la caída del hombre... cuando "traiciona" a Julia realmente, como dice más adelante en la novela

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  2. Es el fragmento que más recuerdo del libro, el que más me impactó cuando lo leí, hace ya unos 25 años. Por la imagen en sí, una jaula llena de ratas hambrientas pegada al rostro del protagonista, y lo que significa, el punto en el que es quebrantado totalmente.

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